Los varones en nuestro país empujan sus sentimientos, pese a su fuerte herencia machista, hasta llegar a un punto de borrachera con llanto (absolutamente catártica), culminante en calidos abrazos entre los cuates.
O en una ecuación más sencilla: Tequila + Mariachis = Voy a llorar.
El mexicano sufre mamítis. El mexicano llora.
Imaginen que estamos bailando una cumbia. Bailamos sonriendo y coqueteando. Al voltear vemos a la francesa escuchando la letra con mucha atención y la cara descompuesta.
Ella- Es muy triste.
Seguimos con hombros y caderas.
Nosotros- ¿Sí?
Pausa.
Nosotros- Sí, verdad. No me había dado cuenta.
1 comentario:
eso mí chava,¡eso es el punto!
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