Prisa

Llama mi abuela desde Chile:

ELLA- ¿Hola? ¿Quién habla?

Yo ya sé que es ella.

YO- Es Ana Mamita, ¿cómo estás?

ELLA- Anita, mi vida. Quería dar con usted.

YO- Ah, ¿sí?

ELLA- Sí mi amor. Fíjese que estoy preocupada por su salud.

YO- ¿Por mi salud?

ELLA- Es que me he enterado que ahora encima esta trabajando.

YO- Sí Mamita. Para conseguir plata.

ELLA- Ya sé mi amor, que todas las abuelas le dicen a sus nietas que estudien y trabajen y hagan cosas. Yo tengo que decirle lo contrario.

Aquí hubo una pausa incómoda. De verdad esto era rarísimo.

ELLA- La verdad mi amor, con su nivel de autoexigencia me parece que se puede usted enfermar. Quiere ser la mejor en todo. Quiere siempre llegar primero y siempre es a costa suya. De su salud también. Se pasa por encima a sí misma.

Pausa.

ELLA- Tiene que entender mi amor, que hay veces que eso no se puede. Uno no puede llegar primero a todos lados. No hay prisa.

YO- Tienes razón Mamita.

ELLA- Bueno, cariños para todos. Me tengo que ir que tengo aquí al Pato para darle de cenar.

YO- Dale.

ELLA- La quiero mucho.

YO- Y yo a ti Mamita.

ELLA- 'Ta luego.

(Ya sé de donde saca mi mamá lo bruja.)