La única misión: comprar un manojito de albahaca. Avanzo decidida hacia las verduras. De ahí a donde están las hierbitas.
Ya ahí, con todos las opciones de frente, me congelo unos segundos. ¿Cómo se sabe cuál es la albahaca? No sé nada de esto. Pausa larga. Le tengo que preguntar al señor de las verduras.
Volteo en todas direcciones. No hay señal alguna del empleado.
Y en eso veo como se acerca a mi, más lento que lentamente, una señora viejita, viejita.
ANA- ¿Usted, sabe cuál es la albahaca?
ELLA- Claro.
Toma un manojito que acerca a su cara. Luego a la mía.
ELLA- Huela niña, huela bien. Acuérdese. Esta huele mucho.