-Entonces, ¿sí, o no?
-No sé, Matita. Entre que me gusta... y... y... y... lo odio.
Pausa.
-Pero no me hagas mucho caso- dijo él después de una conversación de siete horas de notas. Lo dice riéndose con nervios.
-No te la mames. Risa. ¿Qué quieres decir?
-Nada. Pausa. Pues, eso.
Pausa.
-Bueno. Va güey.
Fue entonces cuando ella vió claramente que no entendía nada.
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