su mamá seguía trabajando desde su escritorio, y las vigilaba a través de la pared de vidrio.
las niñas estaban jugueteando silenciosamente. cada quien sacaba papitas de su bolsa, y comparaban los tamañosy colores antes de metérselas en la boca.
entre juego y juego, la mamá se alarmó y empezó a tocarles el vidrio para que voltearan.
ellas escucharon, lo sé porque yo alcancé a escuchar también, pero ignoraban tranquilamente a la madre. sus caras delataban un poquito de no sé qué. algo se tensaba, una ceja, un labio.
la madre salió de la oficina calladamente. se acercó a las niñas por detrás y le habló a la más grande. le dijo que cerrara las piernas, que se le veía todo. cuando le habló la niña se percató de sus rodillitas abiertas y las cerró. la madre entonces volteo a ver a la chiquita que seguía ignorándola. tú también, Amaris- le dijo con estrés y ocultando su vergüenza en una voz baja.
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