21.5.09

Forest Hills Cemetery

Hoy por primera vez en mi vida me dieron ganas de acostarme sobre una tumba.
No sólo eso, sino que hasta me dieron ganas de viajar a buscar la tumba, y después acostarme en ella.

Avanzaría despacito por el cementerio. La cabeza llena de palabras que van y vienen, entrelazándose en poemas. Me darían ganas de llorar al encontrarla. Estoy segura. Y una vez ahí, me darían ganas de hacer algo. No se puede quedar uno parado sin hacer nada. Después de todo, el viaje tenía como fin este momento.
Me darian ganas de agradecer, que haya pasado alguien así por el mundo. Ni siquiera tengo ganas de decir alguien especial, ni único, ni mucho menos. Me da hueva. Sólo alguien así, como él. Para mi. Ya sé que esto solo puede leerse en tono cursilón. Pero me dan ganas de tener la tumba a mis pies y agradecer en serio. Agradecer, a alguien, al mundo, a sus padres, a Dios, o no sé, en silencio. Me darian ganas de abrazar a alguien.

Pero en vez, me acostaría sobre su tumba.

Imaginaría mi cuerpo sobre el suyo. Descansaría suavemente, con mis manos sobre la piedra fría. Y mi boca hacia el piso susurrando. Hola, diría. Dejaría la cabeza sobre mis manos. Cerraría los ojos. En cada respiro me acercaría un poco más. Le daría lo mejor que tengo. Todas las cosas que me gustan serian suyas. Le besaría las manos asperas, y los labios. Me abrazaría de su cintura, con las palmas de mis manos abiertas en su espalda. (Para decirle que me dejó un mundo mejor del que conoció, porque me cambió el corazón.)
Así estaría, respirando acostada en su tumba, hasta que me den ganas de levantarme. Y entonces, con mucho cuidado como para no despertarlo, me pondría de pie. Adiós, diría. Y me iría. Pero no sin antes cerrar los ojos apretando los párpados, para dejar que se abran suavemente y casi solos. Serían de pronto azules y de mariposa. Adios, repitiría.
Caminaría.
En mis manos, las letras de su nombre se quedarían marcadas. Me pasaría los dedos por los labios para sentir el relieve de mi piel con sus letras.

Tres años

El primer poema de e.e cummings.

Oh little birdie oh oh oh
With your toe toe toe.

20.5.09

Consultorio

En la sala de espera, dos mujeres.
S- Nunca me pude imaginar que a alguien no le guste el mango.
H- Sí está raro.
PAUSA
S- A Ana María no le gusta ni el mango, ni el plátano.

Jenny

A- Cuando vamos a los parques, siempre se sube a los caballos. Y luego siempre anda que comprame uno, que por favor, que lo voy a cuidar y que no sé qué. Yo le digo que tener un caballo es mucha responsabilidad. Un coche es una cosa, pero un caballo es un ser más.

Rushes

R- ¿Ya conocía Ud al señor Alejandro Justo Valerio?
A- ¿El maestro Justo?
R- Exactamente. El famosísimo Alex.
A- No. Me lo acaban de presentar.
R- Justo de justicia, y de...
AL- ...Y necesario.
A- ...A a la medida.
R- Sobrino directo del Cardenal Norberto. PAUSA. Don Norbert.
AL- ¿Qué pasóoo?
A- ¿A sí?
R- Claro. Hasta van a las mismas comidas, que con sus plumas doradas y sus amigotes.
AL- Así es.
PAUSA
R- N'ombre... chúpale pichón.

8.5.09

Arenales

La primera vez en Buenos Aires no te das cuenta. Avanzas en tren hasta casa de la tía Susana. Bajate en Martínez mi amor. Cruzas la calle y la primera cuadra doblas a la izquierda. Buscá el número. -Y libreta en mano...- Buenísimo, Susi. Ya llego
La casa está descuidada pero increíble. Adentro, todo es austero pero el amor y la felicidad, los besos y las delicias de la cocina se derraman por las ventanas empapando hasta la banqueta de enfrente. (Donde hay una casa con un sauce...)

Otro día en taxi. A Martínez por favor. Y resulta que... Martínez? Lindísima zona, eh. La verdad es de las mejores de la ciudad. Todos son medios chetos ahí, no? Chetos, cómo? Y así, chetos. Gente con guita. Ah, sí? No sabía. Y, claro. Cómo dicen ustedes? Fresa. Eso es, un barrio fresa. Bajas del taxi... Tu familia fresa? Pero cómo? Si la Meme, madre de Susana, es la única Ozán que vino a vivir a capital. Todas tus tías son de campo. De Mendoza. De andar a caballo, y viajar cortando tomates con un salero en la mano, de caracter sencillo, varonil, sincero. Fresas? A qué hora?

Escuchame Susi, la casa ésta, es una casa buena no cierto? Claro mi amor. Lo único que le dejó el Táta Andrés a la Meme. Ah. Pero este es un buen barrio, no? Pero sí, papi trabajo en el gabinete de  Perón nena. Tenía mucha plata. Está casa tiene escrito robo, exilio y culpa. Exilio? Y claro, papi estuvo en Montevideo varios años. Encima justo fue en la época en que a la Meme se le murió la mellizita y después la Ana María. Estabamos solas mamá y yo nomás. Papá nunca estuvo. Mamá y yo estuvimos solas cuando a la Mechita se le vió tan mal. Cuando había que voltearla cada hora en la cama para no lastimarle la piel. El  papi viajaba en un yacht con sus secretarias, con alhajas y champaña. Es curioso, pero fue idea de la Meme que se fuera. De maravilla el exilio! Para qué tenía que irse? Y, para que no lo mataran nena. Fue un hijodelagranputa. Uh, perdón. Perdón, qué? Si no pasa nada mi amor. Ahora tenemos una linda casa. No cierto?

De fresa no encuentras nada. Resulta que una incógnita así de sencilla. Una familia de campo, vivendo en una zona fresa de Bs As, desata una historia triste. Una línea que pasa cerca tuyo.
La vieja, la Meme, vivió 102 años. Perdió a tres de sus cuatro hijos, nunca tuvo marido salvo cuando volvió para morir y ella lloraba. Ella siempre silenciosa, boquita de rojo, fumando un pucho y viendo jugar al River. En su vida sólo hizo trampa para ganar en la Canasta.

Madre



Cajas

Uñas

Autoretrato II



Dedo micrófono

Hecho por V. Ixquiquita Mata

Los labios se heredan