29.8.10
alpes
la hierba estaba húmeda y a mi me impulsaba el estómago vacío.
caminé con precisión hasta la segunda puerta; la que entraba directo a la cocina.
y de pronto, suelo.
sentón.
me doy cuenta
y me acuesto vencida en lo húmedo.
estamos en silencio, yo empiezo a reír y ella también.
me ayuda a parar y yo, chale. mal plan. me veo el culo, enlodado. los codos, enlodados.
otra vez: chale. qué pasa? estás bien? sí, nomás que hoy había lavado ropa.
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