un vientito frío sopló para mover el móvil pero terminó por detenerlo definitivamente. -mejor me quedo tranquilita. que las cosas se acumulen alrededor mío no tiene mucha importancia. de cualquier manera alguien tendrá que venir eventualmente; en ésta o en la próxima. él me ayudará a despolvar los estantes, levantar los libros, aclarar las mesas, a lavar los platos. separará por fin mis partes de las partes. me dirá en dónde termino y empiezo porque él podrá verme bien. mejor esperaré aquí nomás. sentadita. mejor esperaré, sí, esperaré, sí, quietita, sí sí sí, igual que antes.-
14.3.11
ventosas
me puse todo cerca para no usar los brazos. y me quede quieta desde siempre. tenía la cuchara, el periódico, el plato con cereal, el cartón de leche. no supe alejar las cosas y en la proximidad absoluta se empezaron a confundir mis partes con las cosas del lugar y después no podía tomar nada sin tomarme y no podía tirar nada sin miedo a perder en el despojo un brazo o alguna pestaña. no hubieron distinciones desde aquel momento. tomar agua de una taza era tan íntimo como reacomodar las almohadas o tocar con una mano mi sexo. y que se rompiera un florero lleno era lo mismo que explotarme como sapo adentro de la bota de una jinete.
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